Elías Prada Galán

El piano cuántico. Fragmentos de libros olvidados, que no deberían estarlo

LA SECTA DE LOS ALBAÑILES

En otras ciencias, como la biología, la fuerza de sus convicciones es todavía mayor, porque, entre los investigadores de estos campos, existe un leve conocimiento del carácter revolucionario del desarrollo de la física moderna. Por ejemplo, los biólogos moleculares modernos creen generalmente que, en última instancia, la totalidad de la vida y el pensamiento podrá comprenderse en términos más o menos mecánicos cuando se haga una especie de ampliación del trabajo que se ha realizado ya con la estructura y la función de las moléculas del ADN. Una tendencia similar ha comenzado ya a dominar la psicología. Así llegamos al estrambótico resultado de que, en el estudio de la vida y la mente, que son precisamente los campos en los que es más evidente para la experiencia y la observación que la causa formativa actúa en un movimiento fluyente no dividido ni fragmentado, se da ahora la creencia más amplia en el sistema fragmentario atomista de acercamiento a la realidad.
Desde luego, la tendencia predominante de la ciencia, la de pensar y percibir según una propia idea fragmentaria del mundo, forma parte de un movimiento más amplio que se ha ido desarrollando a lo largo de las épocas y que hoy abarca casi toda nuestra sociedad, pero, a su vez, esta manera de pensar y de observar en la investigación científica tiende a reforzar el concepto fragmentario en general, porque ofrece al mundo una representación del mundo entero no constituido por nada más que por un conjunto de «ladrillos atómicos» existentes por separado, y le proporciona la evidencia experimental que le lleva a concluir que esta idea del mundo es necesaria e inevitable. Así la gente llega a sentir que esta fragmentación no es más que una expresión del modo en que es realmente todo, y que cualquier otra cosa es imposible. Hay poca disposición para buscar evidencias de lo contrario. Como ya hemos apuntado, incluso cuando surge esta evidencia, como en la física moderna, la tendencia general es la de minimizar su significado, o incluso ignorarla por completo. En efecto, se puede llegar a decir que, en el actual estado de nuestra sociedad, y con el modo actual de enseñar la ciencia en general (que es una manifestación del estado de esta sociedad), se apoya y se transmite una especie de prejuicio favorable a una concepción fragmentaria del mundo.
(D. Bohm)

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