Elías Prada Galán

El piano cuántico. Fragmentos de libros olvidados, que no deberían estarlo

Archivos mensuales: enero 2012

DIMENSIÓN DEL ALMA

Yo soy ese insecto, hermano, y eso se ha dicho especialmente de mí. Y así somos todos nosotros, los Karamazov; en tí también, ángel, vive ese insecto y engendra tempestades en tu sangre. Tempestades, porque la lujuria es una tempestad ¡es más que una tempestad¡ ¡La belleza es una cosa terrible y espantosa¡ Es terrible porque es indeterminable y no hay modo de determinarla porque Dios no ha planteado más que enigmas. Aquí las orillas se tocan, aquí viven juntas todas las contradicciones. Yo soy muy poco instruido, hermano, pero he pensado mucho en esto. ¡Hay una terrible cantidad de misterios¡ Son demasiados los enigmas que oprimen al hombre en la tierra. Descífralos como mejor entiendas y sal del agua sin mojarte. ¡Magnífico¡ No puedo soportar, además, que hasta un hombre de elevado corazón y mente clara empiece con el ideal de la Madona y acabe con el de Sodoma. Aún es más espantoso quien ya con el ideal de Sodoma en el alma no niega el de la Madona y arde por él su corazón, arde de verdad, como en los puros años juveniles. No, el alma humana es vasta, demasiado vasta, yo la reduciría. Sólo el diablo sabe lo que todo ello significa ¡esta es la cuestión¡
(F.M. Dostoievski, «Los hermanos Karamazov»)

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DESOLACION

¡Y dondequiera que su triste mirada
Dirige Ceres,
En profunda humillación,
Por doquier al hombre ve¡
…..
Para que de la abyección del alma
Pueda el hombre elevarse,
Que pacte por la eternidad
Con la antigua madre-tierra
(F. Schiller)

IGLESIA NORTEAMERICANA INDIGENA

Las iglesias modernas, con algunas excepciones entre las sectas protestantes, toleran el alcohol, pero ni la más tolerante ha intentado nunca convertir el estimulante al cristianismo o a un sacramento de su uso. El bebedor piadoso se ve obligado a poner su religión en un compartimiento y su substitutivo de la religión en otro. Y tal vez sea esto inevitable. Beber no puede ser sacramentado, salvo en religiones que no dan valor al decoro. El culto a Dionisos o al dios celta de la cerveza era cosa grosera y desordenada. Los ritos del cristianismo son incompatibles hasta con la embriaguez religiosa. Esto no daña a los vinateros y licoristas, pero es muy malo para el cristianismo. Son innumerables las personas que desean la autotrascendencia y que se alegrarían de encontrarla en la iglesia, Pero, ay, “las hambrientas ovejas levantan la vista y no son alimentadas”. Participan en los ritos, escuchan los sermones y repiten las oraciones, pero su sed queda sin satisfacer. Decepcionadas, se vuelven hacia la botella. Durante un tiempo, por lo menos, y en cierto modo, esto les da resultado. Cabe todavía asistir a la iglesia, pero esto no es más que el banco musical del Erewhon de Butler. Cabe todavía reconocer a dios, pero es un dios meramente verbal, un dios estrictamente al estilo Pickwick. El objeto efectivo de culto es la botella y la única experiencia religiosa es ese estado de euforia sin trabas y beligerante que sigue a la ingestión del tercer cóctel.
Vemos, pues, que el cristianismo y el alcohol no se mezclan ni pueden mezclarse. El cristianismo y la mescalina parecen mucho más compatibles. Esto ha sido demostrado por muchas tribus de indios, desde Tejas hasta tan al norte como Wisconsin. Entre estas tribus, hay grupos afiliados a la Iglesia Norteamericana Indígena, una secta cuyo rito principal es una especie de ágape o fiesta de amor al estilo de los primeros cristianos, donde las rodajas de peyotl ocupan el lugar del pan y el vino sacramental. Estos indígenas norteamericanos consideran el cacto una concesión especial de dios a los indios y sus efectos una equivalencia de la obra del divino espíritu. El profesor J.S. Slotkin –uno de los pocos blancos que ha participado en los ritos de una congregación peyotlista- dice al hablar de sus compañeros de secta “Desde luego no quedan pasmados o borrachos… Nunca pierden el compás o farfullan al hablar, como lo haría un hombre bebido o pasmado… Todos se muestran serenos, corteses y considerados con los demás. Yo no he visto un templo de blancos donde haya tanta religiosidad y tanto decoro”
(A. Huxley, «Las puertas de la percepción. Cielo e infierno. «)

TRAVESIA PELIGROSA

Siempre hubo hombres que, a escondidas y echando a andar por caminos laterales, y para su condenación o salvación, no se contentaban con los elementos dominantes de la vida consciente, sino que buscaban esa experiencia original de eternas raíces y, siguiendo la fascinación del inquieto inconsciente, se aventuraron por esos desiertos en los cuales, como Jesús, se encontraron con el hijo de las tinieblas. Por eso un alquimista (¡y era hombre de Iglesia¡) ruega: Horridas nostrae mentis purga tenebras, accende lumen sensibus¡ (¡Purga nuestras mentes de las horribles tinieblas, ilumínanos los sentidos¡)
(C. G. Jung «Psicología y alquimia»)

¿LIBERTAD? ¿PARA QUÉ?

Durante la Edad Media los filósofos y los hombres de ciencia tenían que ajustar sus teorías y discusiones a los dogmas de la Iglesia, y en nuestros días el papel de esos dogmas lo juega la “Evolución”. Es perfectamente claro que el pensamiento no puede desenvolverse libremente en estas condiciones.
(P.D. Ouspensky, «Tertium organum»)

NUMEROS ENTEROS

Pero entre esos discípulos la preocupación por la música y las matemáticas jugó un papel dominante. En este contexto es donde se dice que Pitágoras hizo su famoso descubrimiento de que la vibración de unas cuerdas sometidas a igual tensión producen un sonido conjunto armónico si sus respectivas longitudes guardan entre sí una simple proporción numérica. La estructura subyacente a este hecho, concretamente la proporción numérica en cuanto a fuente de armonía, es uno de los descubrimientos más culminantes de la historia de la humanidad.
(W. Heisenberg, «Diálogos sobre la física atómica»)

ARTE + CIENCIA (ARTENCIA)

(Para variar un poco, el texto siguiente no es fragmento de ningún libro)
Si se está atento a las publicaciones científicas de los últimos meses/años, se puede observar una pauta que se repite en muchas de ellas, consistente en que algunos fenómenos que resultan esenciales para dar respuesta a los principales interrogantes de la física, precisan de unas matemáticas (es decir unas ecuaciones) demasiado complicadas. Así por ejemplo, los campos de Higgs, la unificación de las fuerzas fundamentales o la teoría de cuerdas, precisan de unas ecuaciones extremadamente complicadas, que incluso los matemáticos más avanzados del mundo no son capaces de descifrar. Esto puede interpretarse perfectamente de la siguiente forma: si bien las matemáticas nos han ayudado a describir el comportamiento de miles de fenómenos (el movimiento de los planetas, de los fluidos, el comportamiento de los electrones…) puede pensarse que dicho método, el matemático y por tanto el científico, quizá no sea el más adecuado para dar respuesta a los interrogantes citados, o que nos estemos aproximando al límite de las matemáticas o de la ciencia para dar respuesta a ciertos fenómenos. Esta situación se produce además cuando en los últimos años los físicos nos han informado de que solo conocemos el 4% del universo, pues el 96% restante, formado por materia y energía oscuras, no sabemos lo que es ni cómo explicarlo. En esta línea, el físico Sir Arthur Eddington (medalla de oro de la Royal Astronomical Society) escribió hace ya años una anécdota que merece la pena recordar. Se encontraba Eddington estudiando la generación de olas por el viento, y consultó un tratado de hidrodinámica en el que figuraban las complicadísimas ecuaciones que describían su formación en función de la velocidad del viento, la temperatura del agua del mar y otras variables. El tratado en cuestión incluía varias páginas repletas de difíciles ecuaciones, y tras las mismas el autor concluía que “nuestras investigaciones teóricas proporcionan una comprensión considerable de los estados incipientes de la formación de las olas”. Comenta Eddington que tiempo después, pensando en el mismo tema de la generación de olas por viento, cayó en sus manos un libro que él denomina más apropiado en el que leyó una poesía sobre el mar y las olas. Así pues, un científico de talla insinúa que una poesía puede describir mejor la formación de olas por el viento, que una ristra de complicadas ecuaciones diferenciales. Relacionado con todo este asunto están las afirmaciones de algunos maestros esotéricos (caso de G.I. Gurdjieff) que nos hablan del arte objetivo, diferente del arte que conocemos (denominado por él arte subjetivo). Según G.I. Gurdjieff el arte objetivo o exacto se caracteriza porque provoca exactamente el mismo estado emocional en las personas que lo perciben, si bien para que este efecto se produzca dichas personas deben haber alcanzado (un clásico cuando nos adentramos en el mundo esotérico) la conciencia objetiva, es decir, deben ser unos iniciados.
La realidad debe ser, por supuesto, explicada desde un punto de vista racional, científico, matemático. Pero quizá dicho punto de vista tiene un límite y tal vez nos estemos aproximando a él tal y como se ha comentado más arriba. Ello nos lleva a pensar que para poder explicar todas las facetas de la realidad, deba emplearse también un método emocional o artístico, como reflexionaba Eddington. Dicho método emocional o artístico precisaría de un desarrollo riguroso, al estilo de lo que es el método científico. Podemos atrevernos a llamar “Artencia” a la disciplina que de algún modo combina la emotividad del arte y la racionalidad científica tal y como los conocemos, y que tiene por objetivo completar el conocimiento y las explicaciones que tenemos de la realidad, desde una óptica diferente a la científica. La “Artencia” está desde luego aún en pañales como lo estuvo la ciencia antes del siglo VI a.d.C e incluso antes de la revolución científica provocada por Galileo y Newton, pero debería ayudarnos a responder a las grandes preguntas, con la autoridad y la fuerza con la que lo ha hecho la ciencia en los últimos siglos. Pensemos en lo que nos ha aportado la ciencia en el último siglo: viajes a la Luna, electrificación, comunicaciones… Algo de ese orden debe aportarnos la “Artencia” en los próximos siglos, empezando por una respuesta más clara que la que nos da la ciencia a los grandes interrogantes sobre la existencia, y a los derivados por ejemplo de las insoslayables dificultades que, a día de hoy, supone la enormidad de las distancias espaciales y temporales que nos impiden algo tan sencillo como viajar a la estrella más próxima, si lo comparamos con el hecho de viajar a la galaxia más próxima.
Llegados a este punto se adivina rápidamente un serio problema. Todas las corrientes esotéricas nos hablan de que para poder avanzar en la respuesta y solución de estas grandes preguntas y dificultades, no es cuestión ya de descubrir una determinada ecuación o inventar una nueva tecnología, sino de avanzar en el conocimiento de uno mismo y en la transformación interior.
Con dicho avance se produce una extensión de la conciencia individual, que suele ir ligada a un fuerte arraigo de respeto a la naturaleza y a la realidad que nos rodea, lo cual parece un requisito imprescindible para poder mutar nuestra conciencia.
Sin embargo la mayoría de las escuelas esotéricas se relacionan hoy en día con el ocultismo, y la máxima “quien sabe no habla” parece la contraseña universal de los iniciados. Por ello parece que nos encontramos con dificultades adicionales para aplicar los métodos descritos por estas escuelas.
Ello se debe, entre otras causas, al hecho de que algunos escritos esotéricos no dudan en relacionar por ejemplo la gran obra de los alquimistas con la energía nuclear (la transmutación de los metales convirtiendo por ejemplo el plomo en oro), con los grandes riesgos que ello comporta. Se llega a hablar de la desaparición de antiguas civilizaciones avanzadas por el mal uso de esta técnica o arte, que podría haber dado lugar a explosiones nucleares en el pasado (por ejemplo algunos relacionan el relato bíblico de la desaparición de Sodoma con este escenario que estamos comentando). De ahí la precaución: debido al alto riesgo, se precisa la ocultación, la necesidad de iniciación y el consabido “quien sabe no habla”.
Así como con la revolución científica provocada por Galileo y Newton generó un cambio bestial en la evolución de la humanidad, y teniendo en cuenta que el método científico está llegando a sus límites para explicar determinadas preguntas fundamentales, parece ser que para avanzar en el conocimiento de la realidad, precisamos una revolución en la disciplina de la “Artencia”, la cual precisa de una transformación interior de cada ser humano. Ello quiere decir por otro lado que dicha revolución no será similar a la científica (es decir, que pueda ser disfrutada por una parte significativa de la humanidad como es por ejemplo el caso actual de occidente), sino que solo podrá ser experimentada por cada individuo, uno a uno, o en muy pequeños grupos, tal y como suele ser la dimensión de las escuelas esotéricas.
Tampoco debe porqué extrañarnos esto. Si nos ponemos en la piel de un indígena del Amazonas, para él la revolución científica y tecnológica que hoy disfrutamos no ha significado prácticamente nada; como mucho únicamente que su hábitat esté amenazado por la explotación descontrolada de los recursos. Del mismo modo, quizá esa revolución en la “Artencia” ya se haya producido en algunas personas (los iniciados de algunas escuelas esotéricas), sin que ello haya significado nada para la gran mayoría de la humanidad. Efectivamente, tal vez algunos alquimistas (Fulcanelli) o algunos maestros orientales hayan experimentado la revolución de la “Artencia” en su propio ser, y hayan podido vencer o responder a la gran pregunta, la muerte.
En “El piano cuántico”, propongo un experimento que en principio, sin requerir iniciación, nos puede ayudar a introducirnos en el difícil mundo de la “Artencia” a través de la música.
Elías Prada Galán

ESTABLE – INESTABLE

Hoy no recuerdo, por más que lo intente, cómo administrábamos la casa durante aquéllos días ni de dónde sacaba la gente, en Austria, los miles y miles de coronas, y después en Alemania los millones de marcos, que hacían falta diariamente sólo para vivir …. La voluntad de seguir viviendo resultó más fuerte que la inestabilidad del dinero …. Gracias al inesperado hecho de que la cosa antaño más estable, el dinero, perdiera valor cada día, la gente empezó a apreciar cada vez más los auténticos valores de la vida: el trabajo, el amor, la amistad el arte y la naturaleza …. Nunca en Austria habíamos amado tanto el arte como en aquellos años de caos, porque traicionados por el dinero, nos dábamos cuenta de que sólo lo eterno que llevamos dentro es lo realmente estable.
(S. Zweig «El mundo del ayer»)

VIDENCIA

Esto parece paradójico, pero tenemos todo el derecho de decir que ya conocemos nuestro futuro: será exactamente idéntico a lo que ha sido nuestro pasado. Nada puede cambiar por sí solo.
(G.I. Gurdjieff de «Fragmentos de una enseñanza desconocida», de P.D.Ouspensky)

LO QUE HAY DETRÁS

En pocas palabras la situación es como sigue: hemos tenido ocasión de aprender que la exploración del mundo exterior con los métodos de la ciencia física no nos lleva a encontrarnos con la realidad concreta, sino con un mundo de sombras y símbolos, por debajo de los cuales aquellos métodos no resultan ya adecuados para seguir penetrando. Con la sensación de que debe haber algo más detrás, volvemos a la conciencia humana como punto de partida, al único centro donde podríamos encontrar algo más y llegarlo a conocer. Ahí (en el inmediato interior de la conciencia), nos encontramos con otros movimientos y otras revelaciones distintas de las que nos llegan condicionadas a través del mundo de los símbolos. La física subraya con la máxima energía que sus métodos no pueden ir más allá de lo simbólico. Seguramente entonces esa naturaleza nuestra, mental y espiritual de la que tenemos conciencia a través de un íntimo contacto que trasciende los métodos de la física, nos proporciona justamente aquello que reconocidamente la ciencia no nos puede dar
(Sir. A. Eddington, de «Cuestiones cuánticas» de K. Wilber)

INDIRECTA

– No existiría la civilización, si no hubieran inventado a Dios
– ¿No existiría? ¿Si no se hubiera inventado a Dios?
– No. Y tampoco habría cognac. De todos modos, habrá que retirárselo a usted.
– Espera, espera, espera, querido, otro vasito.
(F. Dostoyevski, «Los hermanos Karamazov»)

LA COMUNION DE LOS SANTOS

Cristo sabía que debía morir. Esto habia sido decidido de antemano. El lo sabía y sus discípulos lo sabían también. Y cada uno de ellos conocía el papel que tenía que desempeñar. Pero al mismo tiempo querían establecer un lazo permanente con su Maestro. Con este fin, Cristo les dio su sangre a beber, y su carne a comer. De ninguna manera eran pan y vino, sino su verdadera carne y su verdadera sangre.
La última cena fue un rito mágico, análogo a una hermandad de sangre para establecer un lazo entre cuerpos astrales. Pero ¿dónde está quien pueda encontrar aún en las religiones actuales rastro de esto y comprender su sentido? Hace mucho tiempo que todo ha sido olvidado y que se ha sustituido el sentido original con interpretaciones enteramente diferentes. Las palabras permanecen, pero su significado se ha perdido desde hace siglos.
(G.I. Gurdjieff, de «Fragmentos de una eseñanza desconocida» de P.D. Ouspensky)

3D

Imaginemos una rueda de radios multicolores que gira a través del plano en el que vive un ser bidimensional. El movimiento de los radios le parecerán, a un ser bidimensional, como cambios de color de una línea que está en la superficie. A estos cambios el ser plano los llamará fenómenos, y observando estos fenómenos advertirá en ellos cierta secuencia. Sabrá que la línea negra es seguida por una línea blanca, la blanca por una azul, la azul por una rosada. Si algo más se conecta con la aparición de la línea blanca –por ejemplo el sonido de una campanilla- el ser bidimensional dirá que la línea blanca es la causa de ese sonido. El color cambiante de las líneas, según el ser bidimensional, dependerá de algunas causas que habrá que hallar allí, en su plano.
Toda conjetura sobre la existencia posible de causas que estén fuera del plano se desechará como cabalmente fantástica y absolutamente incientífica.
(P.D. Ouspensky, «Tertium organum»)

TOCALA OTRA VEZ SAM

Ciertas magnitudes calculables a partir de la órbita de los electrones debían ser mútiplos de números enteros de una unidad básica, a saber, del «quantum» de acción de Planck. Tales reglas recordaban las observaciones de los antiguos pitagóricos, según las cuales dos cuerdas vibrantes concuerdan armónicamente cuando sus longitudes, a igual tensión, se hallan mutuamente en una relación de números enteros.
(W. Heisenberg, «Dialogos sobre la física atómica»)

MENTE ATOMICA

Si se pueden liberar grandes cantidades de energía rompiendo la unidad elemental del átomo, se podrían producir cantidades equivalentes de energía si se pudiera abrir comparativamemte la profundidad de la psique.
(I. Progoff)

BIENAVENTURADOS LOS PACIFICOS II

“…Moisés dijo al pueblo: escoged hombres de entre vosotros y armadlos para la guerra; atacarán a Madián para ejecutar en ellos la venganza del Señor…como el Señor había ordenado a Moisés, y mataron a todos los varones… y también pasaron a cuchillo a Balaan, hijo de Beor…incendiaron todas las ciudades habitadas y poblados… Trajeron los prisioneros a Moisés…Moisés se encolerizó con ellos y les dijo ¿Por qué habéis dejado con vida a las mujeres?…Ahora pues dad muerte a todos los varones, incluidos los niños y a todas las mujeres que hayan tenido relaciones con hombres…” Números 31 en adelante

LA VERDAD

Y Krishnamurti no dudó en sacar la conclusión de que no puede haber ninguna autoridad legítima en la vida espiritual, ninguna escritura, ningún gurú ni árbitro del ascenso espiritual, ninguna jerarquía. Cada ser humano tiene que descubrir la verdad por sí mismo
(J. Krishnamurti, «Antología básica»)

DURACION DEL FUTURO

Cuando se considera lo vasto y tan íntimo a nosotros que es el problema de la existencia….tan vasta y tan inmediata a nosotros que, apenas la descubrimos los demás problemas y objetivos quedan en la sombra y como ocultos; cuando se comprueba que todos los seres humanos -aparte pocas y raras excepciones-no se dan clara cuenta del problema, es más, no parecen percibir que existe, y se preocupan más del día presente y de la duración, no mucho más larga, de su porvenir personal, descartando expresamente el problema o soslayándolo mediante algún sistema de metafísica popular con el cual se contentan.
(A.Schopenhauer, «Pensamientos, palabras y música»)

CLASE DE LENGUA I

Goethe no se muestra siempre de acuerdo con su propia valoración de la palabra. En la madurez de su vida escribió: “Hablamos demasiado. Deberíamos hablar menos y dibujar más. A mi, personalmente, me gustaría renunciar totalmente a la palabra y, como naturaleza orgánica, comunicar cuanto tenga que decir por medio de dibujos. Esa higuera, esa lombriz, ese capullo en el alféizar de mi ventana a la serena espera de su futuro, son firmas trascendentales. Una persona capaz de descifrar bien su significado podría dispensarse totalmente de la palabra escrita o hablada. Cuanto más pienso en ello, más me convenzo de que hay algo inútil, mediocre y hasta –siento la tentación de decirlo- afectado en la palabra. En cambio, ¡cómo impresiona la gravedad y el silencio de la naturaleza, cuando se está cara a cara con ella, sin nada que nos distraiga, ante unas desnudas alturas o la desolación de unos viejos montes¡”. No podremos nunca eximirnos del lenguaje o de los otros sistemas de símbolos; porque es gracias a ellos, solamente a ellos, como hemos podido elevarnos por encima de los brutos, al nivel de los seres humanos. Pero, así como somos sus beneficiarios, podemos también muy fácilmente convertirnos en sus víctimas. Debemos aprender a manejar con eficacia las palabras, pero, al mismo tiempo, debemos preservar y, en caso necesario, intensificar nuestra capacidad para mirar al mundo directamente y no a través del medio semiopaco de los conceptos, que deforma cualquier hecho determinado dándole el aspecto demasiado conocido de algún marbete genérico o alguna abstracción explicativa.
Literal o científica, liberal o especializada, toda nuestra educación es predominantemente verbal y, en consecuencia, no cumple la función que teóricamente se le asigna. En lugar de transformar a los niños en adultos plenamente desarrollados, produce estudiantes de ciencias naturales que nada saben de la naturaleza como hecho primordial de la experiencia e impone al mundo estudiantes de Humanidades que nada saben de humanidad, ni de la suya ni de la ajena.
(A. Huxley, «Las puertas de la percepción. Cielo e infierno»)

OPTIMISMO RECALCITRANTE

Semejantes a los carneros que triscan en la pradera mientras el matarife hace su elección con la mirada en medio del rebaño, no sabemos en nuestros días felices qué desastre nos prepara el destino precisamente en aquella hora: la enfermedad, persecución, ruina, mutilación, ceguera, locura, etc.
(A. Schopenhauer, «Pensamientos, palabras y música»)