Según la teoría admitida a día de hoy, el universo se originó con el Big Bang hace unos 14.000 millones de años.
La gran pregunta que se formula tras ello es ¿qué generó la explosión? ¿Dios? ¿El vacío cuántico?
Tras el reciente hallazgo de pruebas de la inflación cósmica en los primeros momentos tras la explosión, en la que por lo visto el universo pasó en 10^-33 segundos del tamaño de un centímetro a varios millones de veces el diámetro del sistema solar (a una velocidad de expansión del espacio muchísimo mayor que la velocidad de la luz), surge una pregunta quizá tan o más importante que la primera, y es la siguiente: ¿por qué empezó a 13.400 millones de años, y no hace más? No olvidemos que el año es una medida humana, que tiene que ver con la vida humana. Para un ser humano, 13.400 millones (13,4 *10^8) de años es una cifra enorme. Sin embargo, para el radionucleido Rubidio-87, cuyo período de semidesintegración es de 4,88*10^10 años, la edad actual del universo no alcanza ni siquiera a la mitad de la vida de sus núcleos.
Queda claro por tanto que la duración del universo depende de la vida media del que lo analice. Si la escala es la de un ser humano es mucho, si hablamos del Rubidio 87 es poco, si lo hacemos de la mosca ephimera (vive un día), aún más que los humanos.
La cuestión, para mí evidente, nos lleva a pensar que antes de la explosión había algo, que no sabemos lo que era. Y si pensamos que antes de la explosión había algo, ello supone que debemos pensar que fuera de nuestro universo, también hay algo.
Entre los múltiples escenarios que se establecen hoy en día en relación con el fin de los tiempos o del universo, uno de ellos es el producido por un cambio súbito de las propiedades físicas de la realidad. Asi por ejemplo lLa teoría del falso vacío que emerge de las ecuaciones de mecánica cuántica, admite la posibilidad de que el universo como tal desaparezca “de repente”, como consecuencia de un fenómeno, en parte parecido, al que dio lugar a la aparición del Big Bang.
Ello me lleva a pensar ¿puede estar nuestro universo contenido en algo parecido a un quark de algo parecido a un protón de algo parecido a un átomo de hidrógeno que flota en la inmensidad del vacío de un universo que contiene ese átomo con ese protón con ese quark en cuyo interior está nuestro umiverso? Este universo tendría una relación con el nuestro siguiente: según algunas estimaciones nuestro universo tiene un tamaño de 78*10^9 años luz, eso quiere decir que son 78*10^9*3*10^5*60*60*24*365 = 36,8*10^27 m. Si el radio del hidrógeno (en nuestro universo) es de 25*10^-12 m, esto quiere decir (por equivalencia), que sería un universo 1,4*10^39 veces más grande que el nuestro, y quizá 1,4*10^39 veces más “lento que el nuestro”. Cuando en nuestro universo han pasado 14*10^9 años (desde el Big Bang hasta ahora), en ese universo han pasado solo 10^-30 años, es decir, 31,5*10^-24 seg, casi un tiempo de «Planck» de ese universo. Ese megauniverso tendría también un Big Bang, que lógicamente habría ocurrido, por mantener los tiempos de los que hablamos, hace 14*10^9*1,4*10^39, es decir, 19,6*10^48 años humanos de nuestro universo (mucho antes de nuestro big bang).
Si planteamos esto yendo hacia arriba, lo mismo puede pensarse yendo hacia abajo, concibiendo que en un quark de un átomo de hidrógeno que flota en medio del vacío del espacio de nuestro universo, está contenido otro universo (un microuniverso).
Los megauniversos tendrían (para los seres conscientes que lo habitasen) su megaDios y los microuniversos (para los otros) su microDios Debería ser el mismo, sin duda.
La pregunta por tanto es la siguiente ¿qué característica “trascendente” o “espiritual” se mantendría transversalmente a través de todos estos universos hacia arriba y hacia abajo?