Elías Prada Galán

El piano cuántico. Fragmentos de libros olvidados, que no deberían estarlo

EL SALTO DE LA FE

Hoy en día, la gran mayoría de las personas acepta la teoría del big bang, a saber, que hace unos 14.000 millones de años se originó el universo como consecuencia de una formidable explosión. Según afirman los físicos, y debido a los principios de conservación de la energía y la masa, toda la energía y toda la masa del universo actual, estaba concentrada en una pequeña bola, de un tamaño microscópico. Estos mismos físicos nos dicen que la densidad de dicha bola era «casi infinita.
Todo esto es ya un lugar común, todos lo aceptamos (yo incluido por supuesto), y nos tranquiliza que la ciencia nos haya brindado una explicación del origen del universo.
Lo que está claro que no hacemos -al menos yo hasta hace pocos días- es tratar de imaginar lentamente lo anterior.
Empiezo imaginando cómo puedo meter en una bolita microscópica toda la masa de un edificio, luego la de la ciudad de Madrid, más tarde toda la de España, incluso toda la del mundo. Realmente hay que hacer un gran esfuerzo para pensar que roda la masa de la tierra la puedo meter en una partícula del tamaño de un grano de sal.
Pero no es eso. Eso es irrisorio.
No es que tenga que meter ahí la tierra, sino el sistema solar, con el sol y júpiter dentro. Pero con eso aún ni siquiera he empezado. Tengo que meter ahí los cien mil millones de estrellas como el sol que hay en la vía láctea, con los múltiples planetas que debe haber…
Y aún no habré acabado, aún me quedan por meter cien mil millones de galaxias como la vía láctea, cada una de las cuales tiene otras cien mil millones de estrellas como el sol, con todos los miles de millones de planetas que debe haber…
¡¡Concentrar toda la masa del universo en una partícula más pequeña que un grano de sal¡¡
Y eso lo concebimos y lo creemos (yo el primero), cuando es algo realmente inconcebible e increíble.
Aceptar eso realmemte me parece un salto tan brutal como aceptar que detrás de todo eso hay una inteligencia superior (llamémosle divina) que «sostiene» la realidad. Que Dios existe.
Del big bang parece que hay pruebas (la radiación de microondas, la expansión del universo). De Dios ninguna.
No entiendo muy bien por tanto la postura de los ateos fanáticos, que se ríen de ti cuando les dices que debe existir un Dios. Que Dios existe. Que el Espíritu existe. Ellos conciben y creen (como yo) que toda la masa del universo se puede comprimir en una micropartícula, algo realmente inconcebible e increíble. Sin embargo, creer que hay un Dios (como yo lo creo) a ellos les parece el planteamiento de una mente infantil.
¡Cuánta historia, cuánta educación convencional hay que quitarse de encima para sobre estos temas poder opinar de un modo racional y coherente¡
Realmente a mí me parece de una mente infantl admitir a pies juntillas el big bang, y luego proclamar que quien cree en Dios tiene una mente infantil.
Sin duda el salto intelectual que hay que dar en ambos casos es parecido.
Y cómo decía en mi post anterior, la ciencia es lo fácil…
Aprehender el Espíritu es, tiene que ser, mucho más difícil que aplicar el método científico.
Con todos los respetos para la ciencia, uno de los instrumentos más poderosos que ha creado la mente humana.
Otro instrumento tan poderoso o más, en mi opinión puede ser la música, porque ¿quién fue más inteligente, Einstein o Mozart?
¿Qué entendemos por inteligencia?

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2 Respuestas a “EL SALTO DE LA FE

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